Capítulo 38- La Cena está lista.
Para mi suerte no era Dani. Eran las chicas.
- Vamos vístete la cena es a las diez.
- Ahora mismo iba ha hacerlo- dije entrando en el baño-.
- Maya tenemos que decirte algo MUY importante.
- Decidme.
Se miraron entre ellas y me preocuparon porque pusieron caras serias.
- No te puedes poner gorros.
-¿Qué? Tengo uno que me quedaría genial y es muy fino.
- Enseñanoslo.
Les enseñé el sombrero y negaron con la cabeza.
Cuando iba a arreglarme el pelo las chicas se fueron. Unos minutos después volvieron a tocar a la puerta. Esta vez si era Dani. Se quedó con una cara de bobo al verme.
Narra Martina.
Cuando Maya se estaba probando el vestido les dije a Fer y Edu que se llevaran a Dani y le prepararan para la cena. Cuando llegamos estaba genial. Los chicos habían hecho un buen trabajo ahora solo faltaba nuestro toque mágico.
- A ver ¿que tienes que hacer?
- Que ya lo sé Martina.
- He dicho que que tienes que hacer.
- Anda mira que hora es. Me largo que mi reina espera.
Este chico siempre igual. Siempre igual.
Narra Maya.
- Estás perfecta.
- Gracias- dije sonrrojada-. Tu también.
- Es la primera vez que me dicen que estoy perfecta gracias.
- Pero serás estúpido tu estas perfecto ♥.
Sacó un ramo de flores. Era pequeño pero precioso, según él igual que yo.
Subimos en el ascensor yo no podía ver por dónde ibamos porque al igual que el día se mi cumpleaños  Dani me vendó los ojos con una venda y me iba guiando. Cuando llegamos y me quitó la venda no me lo podía creer. Estabamos en la azotea del hotel. Solos él y yo. Fer había hecho un gran trabajo. Había una mesa en el centro y en el suelo pétalos de rosas formando un corazón. Dani retiró mi silla para poder sentarme y luego se sentó el.
- Creo que es la primera vez que te veo sin gorro. No estás mal pero yo prefiero a la sombrerera loca que tengo de novia.
- Lo sabía y por eso he hechado esto en mi bolso-dije sacando el gorro que les enseñé antes a las chicas y poniendomelo-.
- Así mejor- se acercó y me besó-.
Fué un beso muy romántico y en ese momento pensé que los empalagosos ahora eramos nosotros.