jueves, 2 de enero de 2014

Capítulo 64- El Mimo y la Portera Odiosa
Narra Maya
Al llegar al portal nos cruzamos con mi vecina de abajo que me echó una mirada mortal.
- ¿Tanto te odian los vecinos?
- Qué va si ayer mismo estuvimos hablando, qué raro.
Seguimos como si nada y nos lo pasamos muy bien estando de compras. Nos volvimos a encontrar con otra vecina, esta no me desafió con la mirada pero si se echó a reír en mi cara.
- ¿Qué le pasa?
- ¿Todavía no te has enterado de lo que se dice de ti en el edificio?
- Pues no¿tan malo es?
- Digo si es malo, la portera os está poniendo verdes a ti y a tu chico- se marchó-.
Lo poco que quedaba de tarde Clara y yo estuvimos deanbulando por todas las tiendas que nos encontrábamos, paramos a tomar algo en un Starbucks mientras decíamos opciones de lo que estaría diciendo la portera perversa.
- Puede ser que diga que tienes unos amigos muy guapos que van a conquistar el mundo.
- Jajaja eso si que es un chiste, además no creo que la vecina de abajo me halla echado esa mirada por eso.
- Puede que piensen que soy espías secretos de los Estados Unidos y que..-la corté
- Clara no,deja de soñar la gente aquí es realista.
- Unos amargados lo que son todos.
- ¿Cómo estarán los chicos?
- Pobrecitos nos estarán echando de menos-suspiró la rubia-.
*En la otra parte de la ciudad*
Narra Dani
- GOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOL- grité-.
Al final les hice caso a las chicas y me fui al apartamento de los empalagosos, me encontré a Edu zappeando y como yo me había traído la pley volvimos a mi apartamento. Hice palomitas y nos pusimos a jugar. Como Edu es un rencoroso me tiró las pocas palomitas que quedaban por toda la cabeza en plan rebancha.
- La madre que te parió-me lancé sobre el-.
Justo aparecieron las chicas por la puerta cargadas de bolsas, Maya llevaba una cara de mosqueo que no podía con ella.
- Hola chicas-saludé desde la espalda de Edu, estaba subido a caballito-.
- Uy que careto ¿qué os ha pasado?
- La portera que es una gran hija de- Clara la cortó-.
- Madre mía que fuerte todo lo que va diciendo la loca esa-dijo mordiendose el labio inferior y moviendo la mano y sentandose en e sofá-.
- ¿Alguien nos va a explicar lo que ha pasado?-dijo Edu de los nervios-.
Narra Maya
Al llegar al portal no me lo pensé dos veces y me acerqué a la portería a ver lo que iba diciendo esa de mi y de Dani.
- Hola buenas, vengo a enterarme de que es lo que vas diciendo de mí y de mi novio.
- Yo nada mujer.
- Vale, llamo a la policía y te denuncio, así de fácil-saqué el móvil-.
- Pues es que hija mía eres una fresca.
- ¿Me estas llamando puta, vieja cotilla?
- Vamos a ver, la otra noche subí al apartamento que tenéis al lado y se oía a alguien gozar muy alto. ¿Qué quieres que piense?
Clara me agarró el brazo porque sabía que esa se iba a llevar una hostia de las grandes.
- Mira bonita en mi apartamento, hacemos lo que nos de la gana y si tu no tienes una vida te la busca pero no te metas en la mía.
 Subiendo las escaleras hasta el tercero(para mi desgracia no había ascensor) iba soltando cosas tan malas que era mejor no tenerlas en mente. Llegamos a  mi apartamento y nos encontramos a los chicos de forma rara, tampoco me paré a pensarlo. Clara se sentó en el sofá diciendo que todo era muy fuerte. Yo se lo conté a los chicos y Clara seguía como un disco rallado.
- Pero será- Clara le cortó a Dani-.
- Que fuerte, osea que vosotros tenéis pinchitos todas las noches. Que fuerte. Normal la mirada que te ha hechado antes la vecina.
- A esa lo que le pasa es que me tiene envidia.
- Osea que es verdad-salta Edu-.
- ¿A dónde nos vamos a cenar?-dijo Dani cambiando el tema, estaba rojísimo-.
- Yo quiero tomates cherris- dijo Edu riendose de él-.
- Podemos ir a ese sitio que fuimos el día que vino Fer.
- Buena idea- cogí mi bolso y salimos-.
Edu y Clara estaban en el sofá sentados se miraron y se levantaron.
- Improvisas muy bien Danielo.
Se rió, al llegar al portal le mandé una mirada mortal a la portera y Clara estalló en carcajadas. Nos fuimos a cenar y como no, Clara y su cámara sacandole fotos a cualquier cosa. Los chicos desaparecieron por un momento y nosotras nos perdimos porque Clara salió corriendo detrás de un mimo que estaba haciendo malabares delante de un estanque de patos.
- Miiiimooo foto for you.
-Clara estamos en París no en Seattle.
- Vaya por dios se ha ido.
- Yo creo que era un mimo estancado
- Claro estaba cerca de un estanque-nos reímos de la gran tontería que se nos ocurrió-.
- Bueno ¿Ahora qué?¿Me estás escuchando?
- Claro-siguió sacando fotos-.
- Nos hemos perdido. Clara-le grité-.
- Un batido.
- ¿Qué dices?
- Lo que he pedido-ella a lo suyo-.
- Anda ¿ese es Edu?
Aleluya, me parece que hasta los ángeles están cantando.
- No es Edu, por cierto ¿dónde están esos dos?
- Volvamos a donde estábamos antes.
Volvimos al mismo lugar y allí estaban los chicos con dos helados cada uno.
- No os podemos dejar solas eh.
- La rubia, que le chiflan los mimos y le ha dado por hacerle una foto.
- Pero no me ha dejado.
- ¿Pero niña como te va a dejar si le hablas en español y encima vas corriendo detrás de el? Porque es mimo que si no habría gritado como un loco.
- Si a mi también me gusta mucho el helado.
- Nada que pasa de mi.
- Yo no paso de ti- me dijo Dani besándome en la mejilla-.
- Que ricura eres- nos besamos dulcemente-.
- Eh vosotros manteniendo las distancias que la portera os está vigilando desde su rellano.
- Esa lo que es, es una- Dani me tapó la boca-.
- Niña sé educada-me dijo Edu como si el fuera un experto-.
Volvimos a casa y me quité los zapatos lanzandolos a cualquier lado. Una fue a parar justo por encima de la cabeza de Dani. Si es que se asoma al pasillo desde el baño cuando me quito los zapatos sabiendo el peligro.
- Casi muero por una bota voladora-dijo con los ojos abiertos como platos-.
- No te dejaría morir por una sola bota, te lanzaría la otra también.
- Que maja oye-me cogió de la cintura-.
El muy traidor me puso sobre su hombro y me quedé boca abajo.
- Mi venganza por el intento de asesinato.
- Tampoco se está tan mal desde aquí, por lo menos te veo el culo desde un ángulo diferente- dije todo feliz-.
- ¿Pero es que tu me miras el culo?-dijo incrédulo-.
- Hombre me gusta mas tocártelo que mirarlo, pero es que yo lo hago de forma disimulada no como tú cuando tengo escote.
- Porque resaltan -le di una palmada en el culo-.
- Esto es un buen culo y lo demás son tonterías.
- Pero ¿tu quien eres y que has hecho con la buena de mi novia?-me dejó en el suelo-.
- Me la he comio igual que a ti- le mordí el cuello pero sin hacerle daño-.
- ¿Quieres jugar?-me subí en su cintura y eso fue suficiente-.
A la mañana siguiente me despertó el timbre. Miré la hora las ocho y media, un sábado, el que me despertaba tenía que estar muy pero que muy mal de la cabeza. Me levanté y me puse la camiseta de Dani que anoche dejó esturreada por ahí al igual que el resto de la ropa. Fue en ese momento cuando escuché también el microondas y vi que no estaba dormido. Abrí la puerta y como no era Clarita.
- Buenos días- me sopló con un matasuegras en la cara-.
- Clara una cosilla.
- Dime tata.
- Me cago en el momento en el que tus padres decidieron tenerte.
- Tampoco será para tanto.
- Pero si hasta tu estás en pijama.
- Bueno tu en pijama no estas, vas disfrazada de Dani.
Me fui a la cocina seguida de la rubia. Entré yo primero y le cerré la puerta a ver a Dani con los calzones na mas.
- Rubia tu te esperas fuera que a mi novio no lo puedes ver así.
- Pero-le cerré la puerta de la cocina-.
- Te voy a multar por estar tan bueno y ser tan tu- me besó-.
- Buenos días reina- me piro a ponerme algo que te pones celosa de Clara.
Salí de la cocina.
- Tu, tápate los ojos en cero coma- me obedeció, supongo que no se quería asustar-.
Dani se fue para la habitación y nosotras nos metimos en la cocina a desayunar.
- Tu has venido para comerte mis magdalenas.
- En parte si.
- ¿Cómo que en parte sí, no has venido solo para desayunar?
- Verás Maya te tengo que decir algo....






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