sábado, 11 de enero de 2014

Capítulo 68- A la Orilla Del Sena.
Narra Maya.
Me quedé inmóvil al ver todo aquello. Había un mantelito de picnic en el suelo con toda la cena preparada y a las orillas del río Sena. Si ya me tenía enamorada con esto ya me mató. 
- ¿No te gusta?- me sacó de mi mundo color de rosa en el que había unicornios-. 
- ¿Pero tu eres tonto?¿No me va a gustar?
- Yo que sé como eres tan rara-se rascó al nuca, me encanta cuando hace eso-.
- Me encanta-le cogí el brazo, estaba temblando-. ¿Te pongo nervioso rubiales?
- A veces, pero si te acercas más-me pegó a el pasando su brazo por mi cintura-.
- Entonces, no tendrías que hacer esto-dije casi rozando sus labios-.
- Ni tu provocarme-se mordió el labio inferior-.
- Maldito, no hagas eso-le besé muy dulcemente-.
- Te quiero.
- No tanto como yo a ti.
- Vamos a comer-nos acercamos al rió y nos pusimos a comer en tranquilidad-.
- ¿Y los empalagosos?-mordí una fresa-.
- En un restaurante, lejos de aquí-dijo mirandome con esos ojazos y recostado a un lado-.
Tenía la cabeza apollada en su mano y el otro brazo sobre su rodilla doblada. Yo me comportaba mejor por el vestido, si no estaría esparramada por la hierba.
- Ven anda. No estás cómoda.
Que chaval se las sabe todas. Apollé mi espalda en su tripa y estiré las piernas, no sé si me entendéis, bueno que era maravilloso. 
- ¿Quieres fresita?-le acerqué una fresa a la boca, iba a pegarle un mordisco pero se la aparté y me la comí yo-.
- ¿Quieres chocolate?-me acercó una onza de chocolate con leche y le miré sabiendo lo que iba a pasar-.
Dudé un poco pero fui rápida y lo cogí.
- ¿Quieres galletita?- se la acerqué y me la quitó, me reía un montón con todo esto-.
- ¿Quieres casarte conmigo?-me paró la risa y empezé a toser-.
- Ay, pues no te dije que si. Claro-le abrazé-.
- Es que esto se tiene que pedir en condiciones no estando enfadados y gritando- se reía a carcajada limpia-.
- Si puede que esa no fuera la mejor opción. Lo siento-bajé la mirada-.
- Eh no te disculpes tenías razones para dudar, estaba raro esos días- me levantó la barbilla y me miró directamente-. Pero no quiero mas celos. Tu eres única, tu, tus ojos, tu sonrisa, tus besos,tus caricias...tu no eres otra más. Tu eres la ideal. Tu eres mía y yo soy tuyo- me besó y una lágrima recorrió mi mejilla de la emoción-.
- Gracias mi amor.
Terminamos la noche, la noche maravillosa. Volvimos a cas y justo nos encontramos con los empalagosos.
- Corre que no nos vean- subimos las escaleras corriendo-.
El vecino del primero que era el presidente de la comunidad, salió y empezó a decir cosas políticas o yo que sé, el francés no era mi fuerte por eso daba las clases en inglés. Llegamos a nuestro apartamento y nos fuimos a dormir. Fue un día redondo.
(...)
Hoy era nuestro último día en París. Ya que se había acabado el trimestre y volvíamos a Madrid, también acordamos que nos iríamos a vivir a la casa que compramos. Los empalagosos se casaban en semana y media y Clara no podía con tanto nervio.
- Daaaaaaaaaaaaaniiiiiiiiiiiiiiii-le grité-.
- Estoy a dos habitaciones de ti, no a dos kilómetros-me riñó-.
- Si vale, ¿la maleta?
- En el pasillo, te lo he dicho hace dos minutos.
- Si lo sé, pero echaba de menos tu voz.
- Que mona-apareció en nuestra habitación y me sacó al lengua-.
- Pero no te vayas-le dije al ver que se dirigió a la cocina-.
Fui tras el. 
- Ajá no te ibas a escapar-le agarré por detrás-.
- Tampoco quería-sonrió, no lo ví pero lo sentí-. Queda algo de comida¿que hacemos?
- Nos la llevamos para el camino.
- Que lista es mi niña-me dio un beso en la cabeza-.
 Un rato mas tarde estabamos abajo esperando a nuestro taxi cargados de maletas.
- Voy a hechar de menos esta ciudad, ha sido todo muy bonito-dije subiendo al taxi-.
- Si lo mejor fue cada vez que te enfadabas-se rió de mi-.
- No te rías estupido-le di un golpe suave-.
- Te quiero inutila.
- Y yo a ti papa pitufo-nos besamos-.
El viaje se paso largo y aburrido. Me acordé de Lola y su marido, pero que abueletes mas majos ellos. Justo cuando mme quedé dormida llegamos (o eso me pareció a mi) según Dani estuve sobada todo el camino, exagerado el. Fuimos cada uno a ver a nuestra familia. Mis peques habían crecido un montón y casi me ahogan en el abrazo. Mi padre y Marta más de lo mismo. Por la tarde fui a ver a mi Clarita y a Pinocho acompañada de mi Lucho. Vale es que había estado viendo Disney con los críos antes y claro mi mente de niña pequeña se activa. Llegamos a la casa de Cenicienta o Clara como queráis y al abrirnos me lancé a darle un abrazo.
- Hey Cenicienta-la abrazé mas fuerte-.
 - Emm¿Blancanieves?
- Claro y estos son Sancho Panza-señalando a Edu-. Y la bruja malvada-señalando a Dani-.
- ¿Nos sentimos ofendidos?
- Deberíais.
- Ah pues no pasa nada-ellos a lo suyo como siempre-.
- Oye que feliz Navidad ¿no?
- Lo mismo te digo. Oh pero si es Viral.
Es que echaba de menos a mi nene y me lo llevé, pobrecito, demasiado tiempo sin su mami. Nos fuimos a un parque cercano a la casa de la rubia y para nuestra sorpresa, empezó a nevar.

 

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